Represión indiscriminada de la población durante la ocupación de 1916 a 1924

En el extremo de su desesperación por liquidar el movimiento guerrillero, la represión del ejército norteamericano contra la población campesina tomó un carácter infernal pocas veces visto en la historia de la humanidad.

Aldeas enteras cuyos habitantes se resistían al odioso procedimiento de la reconcentración, fueron barridas a plomo limpio y luego incendiadas como medidas de escarmiento, tal cual ocurrió en Mata Palacio, Pedro Sánchez y San Lorenzo, Matarín, San Francisco, pueblos cercanos a Hato Mayor.

En consecuencia, fue en la República Dominicana donde por primera vez en América Latina los Estados Unidos emplearon la fuerza aérea contra la población.

Pero mientras más fuertes eran los ataques y más grandes los crímenes y abusos, más crecía el movimiento guerrillero.

“A medida que la guerra progresaba, los infantes de marina comenzaron a descubrir que de hecho no había ninguna línea clara que dividiera las guerrillas de los pacíficos ciudadanos. Muchos guerrilleros luchaban por temporadas y, más comúnmente, operaban durante todo el año a tiempo parcial. Un campesino que en un momento dado podía estar labrando sus campos, treinta minutos después podría estar detrás de un fusil, emboscando a una patrulla de infantes de la marina. Además, un gran número de habitantes rurales pertenecían a una quinta columna informal de simpatizantes de las guerrillas. A medida que los infantes de marina comenzaron a comprender la situación, empezaron a tratar a todo el mundo como enemigo.

“Sencillamente, no era seguro permanecer en áreas donde los infantes de marina estuvieron persiguiendo activamente a las guerrillas. Se sucedieron numerosos incidentes en los cuales gentes que no podía o no quería revelar informaciones sobre las guerrillas eran golpeadas, torturadas y asesinadas, o en caso de ser más afortunadas, encarceladas”. (El impacto de la intervención. Bruce J. Calder. Pag.186).

Frases adyacentes: “Los prejuicios de los infantes de marina generalmente hacían que mirara de arriba abajo los dominicanos, pero el problema se agravó entre los campesinos del Este, pobres y de piel más oscura que muchos de los demás ciudadanos de la República. Además, los infantes de marina estaban acostumbrados a los patrones de superioridad blanca y a la subordinación de los negros tanto en el Norte como en el Sur de los Estados Un idos, un hecho que llevó, en la República Dominicana, a los abusos de infantes de marina y a la amargura de los dominicanos”

(Bruce J. Calder. “El impacto de la Intervención. Fundación Cultural Dominicana. 1989. Pag.182)