Los asilamientos, el caso de la Embajada de Brasil

OCTAVIO DE LA MAZA VASQUEZ
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A partir de la llegada en junio de los expedicionarios del Ejército de Liberación Dominicana, en el más noble ejemplo de inmolación que conoce la historia nacional, sacrificio que estremeció la conciencia de los dominicanos, creció la oposición a la dictadura a niveles insospechados, sumando a la lucha por la libertad, incluso, a jóvenes procedentes de los grupos de elevada posición económica y hasta a miembros de algunas familias que habían colaborado con ese régimen, hecho que indicaba el declive final de la tiranía.

La respuesta de Trujillo a tal situación fue la profundización de la represión, es decir, de las persecuciones, los apresamientos, las torturas, los asesinatos y los maltratos a la ciudadanía.

En ese contexto se produjeron todo un conjunto de asilamientos de jóvenes perseguidos en diferentes embajadas latinoamericanas, acciones arriesgadas que aumentaron como nunca ante el descredito de la satrapía de Trujillo.

Entre estos asilamientos el de mayor magnitud y el que originó extremos espantos y disgustos al dictador, ocurrió la mañana del 9 de febrero de 1960, en la Embajada de Brasil.

Ese día, un grupo de 17 jóvenes, profesionales, estudiantes, comerciantes, empresarios medianos y la madre de uno de los asilados, rompiendo el cerco policial tendido a esa representación diplomática, penetraron apresuradamente buscando refugio para escapar de las persecuciones de los esbirros de Trujillo.

Ese asilamiento dislocó a los servicios secretos del tirano y fue respondido, incluso, con disparos contra la residencia del Embajador brasileño hiriendo a uno de los jóvenes refugiados, originando un verdadero escándalo internacional, pues la cancillería brasileña intervino protestando la agresión y exigiendo garantías para el personal de su embajada y para la vida de los asilados. Los participantes en el asilamiento de la embajada del Brasil, 23 de febrero de mil novecientos sesenta 1960, fueron:

1.- Altagracia Díaz Quezada. (Doña Gracita) 2.- Dr. Noel Modesto Henríquez Díaz (Nabú). Abogado 3.- Dr. Juan Miguel Román Díaz. Abogado 4.- Hipólito Rodríguez Sánchez (Polo). Estudiante de término de Medicina 5.- Marcos Rodríguez Sánchez. Estudiante 6.- Aníbal Santos (Nivín). Estudiante de término de Medicina 7.- Pablo Santos (Pablito). Estudiante de Ingeniería 8.- Fradique Lizardo Barinas. Estudiante de término de Medicina. Folklorista 9.- Dr. Francisco Ramón Carvajal Martínez. Abogado 10.- Régulo Aníbal Rosario Camilo (Takitú). Comerciante 11.- Diego Loynaz Salas. Empresario 12.- Rafael Mejía Lluberes (Baby). Estudiante 13.- Joaquín Montero. Administrador 14.- Julio Rosario. Chofer 15.- José Eligio Bautista Ramos (Mameyón). Chofer 16. Héctor Sención. Constructor. 17.- Dr. Mario Read Vittini. Abogado

Debemos resaltar que Altagracia Díaz Quezada (Gracita) era la madre de Noel Hernández Díaz (Nabú) y hermana a su vez de Modesto Díaz y el general Juan Tomás Díaz, dos figuras muy cercanas a la dictadura, pero ya desencantados, quienes participaron después en la trama que terminó con la vida de Trujillo.

Se conoce que el tirano forzó a ambos a visitar a su hermana asilada en la Embajada de Brasil, para que trataran de persuadirla de que abandonara la sede diplomática, pero doña Gracita no le recibió y abandonó el país junto a su hijo un mes después, cuando el tirano permitió al grupo viajar a Brasil, el 20 de marzo de 1960.

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