Antecedentes del Golpe de Estado de 1930

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Trujillo llega al poder tras imponer el terror
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Tal como fue programado en el acuerdo de evacuación, el general Horacio Vásquez prestó juramento como Presidente Constitucional el 12 de julio de 1924. Ese día la bandera extranjera fue arriada de los edificios principales de todo el país, aun ocupados por las tropas norteamericanas. El tercer gobierno de Vásquez se inicio en medio de una situación económica llena de dificultades. La situación era tan difícil que las escuelas se encontraban casi todas cerradas desde hacía dos años, y los fondos de los empréstitos hechos por el gobierno militar norteamericano se habían agotado y por ello las obras públicas se encontraban semiparalizadas.

Necesitado de recursos, Vásquez acudió al congreso, que refrendo una resolución el 26 de julio de 1924. Agotados prontamente los recursos del último empréstito, el presidente Vásquez continúo el camino del endeudamiento. A fines de 1924, inicio negociaciones para la concertación de un nuevo empréstito que envolvía la suma de $ 25,000.000 de dólares, con el propósito de consolidar la deuda externa y continuar el programa de obras públicas. El gobierno de Estados Unidos condicionó la petición al establecimiento de una nueva Convención, la cual fue firmada por ambos gobiernos el 27 de diciembre de 1924. En este nuevo acuerdo los Estados Unidos reafirmaba el control sobre las finanzas de la República Dominicana. Estados Unidos mantenía el derecho de designar el Receptor General de Aduanas, quien nombraría sus funcionarios ayudantes y recaudadores, los cuales eran pagados con los fondos percibidos.

El departamento de Obras Publicas paso a ser administrado por el gobierno dominicano, formándose un desorden descomunal y una corrupción sin paralelo, pero la corrupción no solo se registraba en este departamento, sino que ocurría prácticamente en todas las esferas del gobierno¸ incluyendo la Policía Nacional, que cambio de nombre en 1927, pasando a denominarse mas apropiadamente como Ejercito Nacional.

En ese cuerpo castrense, desde junio de 1926, ocupaba la jefatura el coronel Rafael L. Trujillo, ascendido a general de brigada en agosto del año siguiente por el presidente Vásquez.

El presidente Vásquez cerró ojos y oídos a todos los rumores y evidencias que relacionaban al jefe del ejército envuelto en actos de corrupción y pasaba por alto su actitud prepotente. Trujillo, por su parte, había aprovechado muy bien la pugna entre el presidente del Vásquez y su Vicepresidente Velázquez, haciendo cancelar varios oficiales que no le veían con agrado en la jefatura del ejército. De esa manera Trujillo consolido su mando, convirtiéndose en jefe indiscutible y absoluto del ejército, ganando de paso el apoyo aun mayor del presidente Vásquez.

En medio de este mar tenebroso de dificultades económicas y políticas, matizadas por el crecimiento de la corrupción gubernamental, arribo al país una comisión de expertos financieros encabezada por el ex vicepresidente de Estados Unidos Charles Dawes, teniendo como misión examinar la situación financiera del gobierno para estudiar y recomendar la instalación de un sistema de presupuesto y otro de contabilidad.

El informe analítico de la Misión Dawes, puso en evidencia la existencia de un manejo no muy claro de los fondos públicos. En lo relativo al ejercito sugirió la posposición de la creación de la Escuela de Aviación solicitada por Trujillo y para lo cual el gobierno de Vásquez había dispuesto $ 200,000.00 dólares. Asimismo critico el manejo de los gastos militares indicando que varias partidas ascendentes a $ 529,875 habían sido ¨representadas por distintas sumas globales o estimadas sobre una base de computación arbitraria¨

En Santo Domingo, los arreglos conspirativos continuaban aceleradamente. Varios informes confidenciales recibidos por la Legación de Estados Unidos en la capital dominicana daban cuenta de los aspectos conspirativos para derribar el gobierno. Los detalles indicaban que en la trama participaban como cabecillas el general Trujillo y Estrella Ureña, líder del Partido Republicano.

En febrero 23 de 1930, abierta ya la campaña electoral, proceso donde Vásquez pretendía reelegirse, estalló en Santiago una rebelión armada dirigida supuestamente por el general José Estrella (tío de Estrella Ureña), con la complicidad del jefe del ejército Rafael L. Trujillo. Los rebeldes de José Estrella asaltaron la fortaleza San Luis, distribuyeron las armas que encontraron enviadas por Trujillo y ordenaron una “marcha triunfal” de su llamado “Movimiento Cívico” hacia la capital de la República, ciudad que sus tropas “insurrectas” tomaron sin registrar resistencia de parte del ejército, y sin la ocurrencia de un solo muerto o herido. Para completar la pantomima, varios intelectuales cómplices emitieron declaraciones publicadas en órganos informativos elogiando la actitud “prudente” de Trujillo. Esa rebelión condujo a la renuncia del presidente Vásquez, documento que firmó en la propia Legación norteamericana.

Tras la caída de Vásquez, quien buscó refugio junto a su esposa, en la Legación de Estados Unidos, le sucedió en la presidencia Rafael Estrella Ureña, verdadero artificie del “Movimiento Cívico” quien, el día anterior había sido designado por el mandatario derrocado, como parte de un arreglo alcanzado con la mediación de esa representación diplomática, como Secretario de Estado de lo Interior, sucesor constitucional del Presidente de la República

. El día 4 de marzo en el documento que el ministro norteamericano Curtis escribió para informar a Washington los nombres de los nuevos funcionarios designados por Estrella Ureña, subrayo al final del mismo: ¨Trujillo no está ocultando sus intenciones de postularse a la presidencia¨.

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