La reelección de Balaguer de 1970

Exterminio de la oposición. Asesinatos y persecuciones.
febrero 24, 2017
La reelección de Balaguer en 1974
febrero 24, 2017

Desde sus primeros días, el gobierno del Dr. Balaguer instaurado en julio de 1966, mostró señales claras de su orientación represiva y de sus propósitos continuistas. Para lo primero inició la reintegración a las fuerzas armadas de un nutrido grupo de viejos oficiales del ejército de la dictadura de Trujillo, y para lo segundo, en septiembre de 1966 convirtió el Congreso, donde por medio del fraude electoral de 1966 tenía mayoría, en una Asamblea Constituyente a la que sometió un proyecto de reforma constitucional que sustituyó la Constitución democrática de 1963. Esa nueva Carta Magna recogía en líneas generales el tono antidemocrático de las constituciones trujillistas. Pero no conforme con ello, por medio del artículo No. 55, Balaguer ordenó ampliar las atribuciones del Presidente de la República hasta los linderos del absolutismo monárquico.

Para enfrentar los problemas derivados del deterioro económico creado por la revuelta de abril y la guerra patriótica provocada por la intervención militar norteamericana del 1965, el gobierno de Balaguer tempranamente promulgó una ley de austeridad que redujo a un tope de $750.00 los salarios de los funcionarios públicos e impuso rebajas en los sueldos de la empleomanía del Estado, congelando también los salarios de los trabajadores de las empresas autónomas del Estado y el sector privado.

Con esa ley de austeridad el Estado se ahorró cerca de 24 millones de pesos al año, las empresas privadas aumentaron sus ganancias, generando el crecimiento de la miseria de la población, arrojando como resultado un aumento descomunal de las migraciones campesinas hacia las ciudades y una expansión anárquicas de los barrios marginados en Santo Domingo y Santiago. En 1966 la capital de la República tenía apenas 507 mil habitantes y en 1970, solo cuatro años después, alcanzó casi 800 mil.

Con los ahorros de la ley de austeridad y varios préstamos otorgados por Estados Unidos, el gobierno dio inicio a la construcción de varias presas y de algunos nuevos barrios en la capital y el mejoramiento de carreteras y caminos vecinales.

Por otro lado, el establecimiento de medidas represivas extremas para tratar de controlar el ambiente de inconformidad y protesta que dejaron las elecciones fraudulentas que llevaron a Balaguer al poder sirvió de estimulo para que los grupos de la izquierda y los pequeños partidos que se autodefinían como comunistas (el MPD y los diferentes núcleos que surgieron del multidividido 14 de Junio), elevaran ingenuamente su espíritu revolucionario y organizaron planes revolucionarios, sin tomar en cuenta sus debilidades orgánicas, ni mucho menos el poderoso apoyo económico, político, militar y de inteligencia que ese gobierno recibía de los Estados Unidos. A partir de 1965, todas las unidades del ejército, la aviación y la policía, eran asesoradas por cerca de 400 especialistas norteamericanos en luchas urbanas y contraguerrillera.

Esa conducta de la izquierda fue aprovechada como justificatoria de la conducta violatoria de los más elementales derechos humanos del régimen de

Balaguer.

En nombre del anticomunismo reinante en el continente creado por la paranoia de Washington frente al espectro de la revolución cubana y la “guerra fría”, y al amparado en las leyes anticomunistas promulgadas en el Triunvirato de 1963, Balaguer reprimió sin contemplaciones toda manifestación de inconformidad de la población con el gobierno.

A mediados de 1968, cerca de 300 militantes y dirigentes de los grupos de la izquierda guardaban prisión bajo acusaciones fabricadas por la policía y no menor de 50 habían perdido la vida en supuestos enfrentamientos o en “intercambios de disparos”, con la fuerza policiales y militares.

Por estos años (1966-1970), toda manifestación de protesta pacífica fue reprimida por las fuerzas represivas de forma violenta. Por ejemplo, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde los estudiantes realizaban movilizaciones demandando un mayor presupuesto fue cercada y atacada con bombas lacrimógenas y tiros por fuerzas policiales en más de 30 ocasiones, y ocupada con tanques y tanquetas de guerra varias veces; fueron rodeados militarmente en decenas de oportunidades locales de sindicatos y disueltos con violencia muchas marchas de trabajadores que reclamaban aumentos salariales; asediadas y atacadas con bombas y tiros por la policía antimotines centenares de escuelas públicas y liceos, donde los profesores y estudiantes reclamaban mejorías salariales para el magisterio y pupitres para sus aulas; fueron agredidas violentamente decenas de movilizaciones campesinas en favor del derecho a la tierra; suspendidos varios programas radiales considerados subversivos, y en las aduanas y aeropuertos las constantes requisas a libros y publicaciones impedían la entrada al país de todo material de lectura considerado por inspectores analfabetos, como subversivo. El vocero del Partido Revolucionario Dominicano en el Congreso, el Senador Rafael Caminero Castro, le fue lanzada una bomba incendiaria que el quemó todo su cuerpo, le mutiló una mano y le desfiguró el rostro.

En medio de tal situación surgió en el Partido Reformista una corriente opuesta a la reelección. La encabezaba el vicepresidente de la República Francisco Augusto Lora, el sindico del Distrito Nacional, Lluberes Montas, Rafael Vidal hijo, y otros dirigentes, pero Balaguer organizó una purga que expulsó rápidamente a todos sus contradictores. Lora renunció al PR y siguió su propio camino y con su grupo de expulsados fundó el Movimiento de Integración Democrático Antirreleccionista (MIDA).

Ese era el clima prevaleciente existente en el país cuando en febrero de 1970 la J. C. E. proclamó la apertura de la campaña electoral, clima que se enturbió aún más. El 24 de marzo, un grupo de militantes del MPD denominado: “Comando Unido Antirreleccionista”, secuestró al Agregado Militar de Estados Unidos, coronel Donald Joseph Crowley, exigiendo para su liberación la libertad de unos 20 presos políticos, demanda que fue cumplida pues el Presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, solicitó a Balaguer que aceptara la exigencia para salvar la vida de su importante servidor. A partir de ese momento fuerzas militares fueron integradas a la campaña en las actividades proselitistas a favor del Partido Reformista.

Por ese motivo, cuando el profesor Bosch, líder del principal partido opositor, PRD, regresó al país en febrero de 1970 con la intención de examinar la posibilidad de su participación en las elecciones de mayo, comprobó que no existían condiciones mínimas para ejercer el derecho a elegir libremente, calificó el evento de “matadero electoral”, proclamando entonces la abstención de su partido en esos comicios. Como era de esperarse en tales condiciones el Partido Reformista ganó con 653,565 votos y el Dr. Balaguer conquistó un nuevo mandato presidencial.

PR Partido Reformista 653,565

MNJ Movimiento Nacional de la Juventud 53,571

MIDA Movimiento de Integración Democrática 252,760

PQD Partido Quisqueyano Demócrata 168,751

PRSC Partido Revolucionario Social Cristiano 63,697

MCN Movimiento de Conciliación Nacional 45,861

25 de mayo: Un agente de la Policía mata de ocho balazos al emepedeísta Luis Manuel Naut.

6 de junio: Apresan al dirigente emepedeísta Héctor Ortiz y a su esposa. La Policía le acusa de haber participado en el secuestro de Crowley, que según el Jefe de la PN, Rafael Guillermo Guzmán Acosta, ha sido resuelto, gracias a que el propio Crowley ha identificado a los autores. Dos días mas tarde el propio Crowley desmintió a Guzmán Acosta y la Embajada de los Estados Unidos desmintió públicamente al Jefe de la Policía.

8 de junio: Apresan a Rafael –Fafa- Taveras y empieza la persecución contra los mas importantes dirigentes del MPD, según la Policía, implicados en el secuestro de Crowley.

16 de Julio: La Policía apresa en un apartamento de la calle José Contreras al dirigente Otto Morales, y una vez dentro del vehículo, lo matan de 9 balazos. La version de la Policía fue que el hecho se produjo en medio de un enfrentamiento a tiros.

Otto Manuel Morales Efres

Otto Morales Efres dirigente del MPD se inició en las actividades políticas en plena adolescencia. A los 16 años, en 1961, participó en las movilizaciones populares de repudio a los remanentes de la dictadura de Trujillo que pretendían continuar en el poder. Se destacó como jefe de uno de los grupos juveniles que se enfrentaron al cuerpo de esbirros trujillistas conocido como “Los paleros".

En febrero del año siguiente, Morales Efres fue deportado del país a México por el Consejo de Estado, que presidía el licenciado Rafael E Bonnely. Se le acusó de promover la agitación política de izquierda en las calles de la capital. En esa nación, cursó estudios en la Universidad Obrera, trasladándose posteriormente a Cuba. Allí recibió un diploma de reconocimiento por los servicios prestados a ese país en ocasión de un huracán; trabajó también voluntariamente en el corte de la caña y realizó estudios políticos.

Regresó a la República Dominicana en 1964, integrándose formalmente al Movimiento Popular Dominicano (MPD). En 1965, desde que comenzó el movimiento armado contra el régimen del Triunvirato, Otto Morales participó en los combates contra las tropas del Gral. Wessin y Wessin y contra los soldados norteamericanos que intervinieron el país el 28 de abril de dicho año.

Al terminar la guerra de 1965, Otto Morales trabajó políticamente en los medios rurales para el MPD. Luego se desempeñó como activista y organizador de la Confederación de Trabajadores Feupsa-Cesistrade.

En julio de 1966, Otto Morales pasó a ocupar posiciones de dirección en el MPD, inicialmente como miembro del Comité del Distrito y más tarde del Comité Central ocupando la Secretaria General tras ser apresado el líder de ese partido, Maximiliano Gómez (El Moreno), el 14 de enero de 1970 por los servicios secretos del gobierno de Balaguer. Desde esa posición, dirigió los esfuerzos de su partido para impedir la reelección del presidente Joaquín Balaguer en 1970.

Dentro de esa orientación estratégica, el MPD se propuso y planificó una acción contundente y espectacular, y el 24 de marzo de 1970, un comando de esa entidad secuestro el agregado aéreo de la embajada norteamericana en Santo Domingo, coronel Donald J. Crowley, exigiendo públicamente a cambio de su libertad, la liberación de 20 presos políticos, incluyendo al líder de su partido, Maximiliano Gómez (El Moreno). Según documentos del Departamento de Estado, enterado de la acción el Presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, interesado en salvar la vida de su funcionario, presionó a Balaguer para que accediera a las exigencias del MPD, con las siguientes palabras transmitidas cablegráficamente: “Le urjo, a pesar de los enormes problemas que le crearía, para salvar esa vida, que acepte sus condiciones”. (B. Vega. Hoy. 2 de febrero, 2011). En efecto, atendiendo la petición de Nixon los 20 presos políticos fueron liberados por el Presidente Balaguer y salieron del país con destino a México.

Inmediatamente después, los organismos de seguridad del gobierno de Balaguer acusaron a Otto Morales de ser la cabeza principal del secuestro, ordenando una tenaz persecución. Pero en declaraciones públicas, Morales Efres calificó la acusación como un pretexto para matarle por su participación destacada en la lucha contra la reelección del Dr. Balaguer. Acusó también a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de dirigir la persecución en su contra.

El 16 de julio el lugar donde se encontraba escondido Otto Morales, una residencia de la calle José Contreras de Santo Domingo, fue cercada por tropas policiales y militares. Conminado a entregarse, salió acompañado de la dueña de la casa, doña Suna Muñoz de Sánchez Cordova, siendo ultimado a tiros a plena luz del día y ante la presencia de varios testigos, e incluso, de varios periodistas.

24 de septiembre: Tras un allanamiento, matan al dirigente emepedeísta Amín abel, crimen que causó gran repudio, pues a pesar de que lo fueron a buscar a su casa y lo mataron bajando la escalera, la Policía alegó que había atacado a tiros a una patrulla. La UASD declaró duelo oficial y lo mismo hizo la PUCMM.

AMIN ABEL HASBUN (1942-1970)

Amin Abel Hasbun, quien nació en Santo Domingo el 12 de octubre de 1942 en el seno de una familia de emigrantes árabes dedicada al comercio, formó parte de la juventud que se lanzó a la lucha en 1961 contra los remanentes de la tiranía de Trujillo, el respeto a los derechos humanos, la puesta en libertad de los prisioneros políticos y a la conquista de la autonomía universitaria, desde la Agrupación Política 14 de Junio.

En la UASD fue dirigente del grupo estudiantil Fragua, que estuvo a la vanguardia tras la conquista de una universidad democrática, autónoma y abierta a los sectores populares, meta que fue alcanzada por el Movimiento Renovador en 1966.

En su academia, donde terminó con las más altas calificaciones (Magna Cum Laude) la carrera de Ingeniería Civil, alcanzó un sólido prestigio y liderazgo, y por eso fue elegido en 1964, Secretario General de la Federación de Estudiantes.

El 24 de abril de 1965 contrajo matrimonio con su novia Mirna Santos, pero al enterarse de que ese mismo día había estallado una insurrección contra el Triunvirato, que culminó con la intervención norteamericana del 28 de ese mismo año, se trasladó a la capital para integrarse a la lucha armada. Combatió desde el 26 en las calles de Santo Domingo. A principios de mayo prestó servicios en la zona norte de la capital, donde la lucha era más intensa. Allí se integró a un comando dirigido por el movimiento revolucionario «14 de Junio». Al ser ocupada la zona norte por las tropas opuestas a la Revolución, se trasladó al sector de la capital conocido como Ciudad Nueva, donde trabajó, junto a militares constitucionalistas y otros dirigentes políticos, en la formación de la Academia de Instrucción Político-Militar «24 de Abril».

Al terminar la guerra, pasó de dirigente de la Juventud Estudiantil del «14 de Junio», a miembro de la Comisión Preparatoria del Congreso de ese Partido. En dicho congreso celebrado en 1966, fue elegido miembro del Comité Central ocupando la Secretaría de Finanzas de esa organización.

En diciembre de 1966 renunció del 14 de Junio y pasó a formar parte del Movimiento Popular Dominicano (MPD), donde trabajó en el aparato urbano y posteriormente en el rural. Mientras se encontraba realizando labores de agitación y organización entre los campesinos que luchaban por el derecho a la tierra, en los campos de Arenoso, común de San Francisco de Macorís, fue hecho prisionero por efectivos militares del gobierno de Balaguer el 15 de febrero de 1968. Salió en libertad en el mes de junio de ese año.

Al salir de la prisión se reintegró a sus funciones como dirigente del MPD, desplazándose a la zona sur del país. Allí realizó un trabajo de investigación sobre las creencias religiosas de los campesinos de esa zona. Posteriormente, pasó a formar parte del Comité del Distrito de ese partido.

Después de participar como orientador en la fundación del grupo estudiantil «Flavio Suero» de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Amín Abel se trasladó a la región Este del país, intentando trabajar políticamente entre los obreros azucareros. En esa época, volvió a ser perseguido por fuerzas policiales y militares, acusado de participar en el secuestro del coronel norteamericano Donald J. Crowley, agregado militar de la Embajada de Estados Unidos ocurrido en 1970. Tanto él como su partido y familiares negaron reiteradamente la acusación. Por la gravedad de la acusación, Amín Abel decidió retirarse de la vida común y pasar a la clandestinidad.

El 24 de septiembre de 1970, Amín Abel Hasbún perseguido por el Servicio Secreto de la Policía fue localizado en la escalera de su residencia a donde había llegado secretamente la noche del día anterior. Allí frente a la presencia de su esposa que cuidaba de su último hijo recién nacido, fue apresado por los agentes policiales y asesinado de un tiro en la nuca mientras bajaba por la escalera detenido hacia un automóvil de ese cuerpo. Del hecho fue acusado el raso policial Luis Hermógenes López Acosta, quien formaba parte de la patrulla del servicio secreto de la Policía Nacional que momentos antes lo había detenido. El raso López Acosta fue condenado a cinco años de prisión, siendo libertado al cumplir la mitad de la condena.

Al otro día de su muerte, el Consejo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo lo declaró «Hijo Ejemplar del Alma Mater». En su comunicado, el Consejo Universitario afirmó que «Amín Abel fue un brillante estudiante universitario, graduado Magna Cum Laude en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UASD». Considerado como uno de los políticos de más sólida formación teórica, Abel Hasbún dejó inconcluso su libro «América Latina busca su camino». Fue publicado, en el nivel de elaboración en que se encontraba, en noviembre de 1972. El libro se interrumpió en el capítulo en que Amín Abel analizaba las experiencias de la Revolución de Abril y la intervención militar norteamericana.

1971: Nace La Banda.

“La Banda”

En el lenguaje popular de los dominicanos, el término “banda”, hace referencia a cualquier organización integrada por delincuentes para dedicarse a cometer acciones criminales. Por esa razón, cuando en 1970 durante el gobierno del Dr. Joaquín Balaguer fue creado el “Frente Democrático Anticomunista”, desde el mismo seno de la jefatura de la Policía Nacional, dirigida en aquel momento por el general del ejército Enrique Pérez y Pérez, organización supuestamente fundada para combatir a terroristas y apoyar al gobierno de Balaguer, el pueblo la bautizó con el nombre de “La Banda”.

Según expresa Bryan J. Bosch en su libro “Balaguer y los militares dominicanos”, quien fue Agregado Militar de la Embajada de Estados Unidos en nuestro país entre 1971 y 1974, “La Banda”, desde sus inicios, estuvo dirigida por el coronel Usino O. Guzmán Liriano, quien tenía la tarea de “proveer apoyo”, el teniente Oscar Núñez Pérez, “oficial de enlace”, y el ex comunista Ramón Pérez Martínez, alias Macorís, encargado del enrolamiento de los hombres para las acciones. Estos últimos, casi todos ex izquierdistas como el propio Pérez Martínez, quien había sido miembro de las organizaciones 14 de Junio y “Unión Revolucionaria por una Nueva Quisqueya”.

Según declararon a la prensa varios de sus integrantes, la entidad parapolicial reunía unos 400 miembros bajo salario de la Policía Nacional y su principal objetivo en la “guerra abierta contra los comunistas”, y con ese objetivo llevaron a efecto múltiples ataques contra residencias de dirigentes barriales, líderes estudiantiles, asaltos a escuelas públicas donde se habían organizado protestas contra el gobierno y contra clubes de los sectores populares, dejando como secuela, decenas de muertos y heridos.

Las acciones criminales de “La Banda” fueron condenadas por la generalidad de la población dominicana, e incluso, las denuncias de sus brutales actuaciones alcanzaron hasta Washington y varias capitales europeas. En mayo 4 de 1971, el director del periódico “Listín Diario” expresó en su página editorial que “la tolerancia con La Banda debe cesar y ese grupo de gánsters debe ser controlado”, idéntico reclamo levantó casi toda la prensa nacional. Sin embargo, el Dr. Joaquín Balaguer prestó poca atención a tales demandas y en una ocasión, en mayo 12, acusó a la oposición de utilizar las acciones de ese grupo para desacreditar el gobierno.

Sin embargo, dentro del propio seno del aparato civil y militar del régimen surgieron voces que mostraron preocupación por las actividades criminales de “La Banda”, y al propio tiempo pusieron en evidencia serias contradicciones en el seno de las fuerzas armadas dominicanas.

El general Nivart Seijas, por ejemplo, que controlaba un grupo militar opuesto al general Pérez y Pérez, se mostró partidario de su disolución, mientras el Secretario de Educación del gobierno, Víctor Gómez Berges, “reveló públicamente la ansiedad de maestros y directores de escuelas”, agregando, según explica Brian J. Bosch, que “su miedo podría obligar al cierre de los planteles escolares”.

En julio de 1971, los obispos del país expresaron su preocupación por la “institucionalización de la violencia”, y ese mismo mes de nuevo el periódico Listín Diario, se expresó con crudeza contra “La Banda” manifestando en un editorial que “un gobierno no puede tener una pandilla de facinerosos a sus servicios”. Hasta el Embajador de Estados Unidos personalmente le expresó al presidente Balaguer su preocupación por los excesos de las acciones criminales de “La Banda”.

En estos últimos momentos las presiones dentro del país y en el exterior sobre el gobierno de Balaguer arreciaron y varios periódicos de Estados Unidos se manifestaron a favor de que Estados Unidos suspendiera la cuota azucarera asignada a la República Dominicana, como medida de presión para que el gobierno de Balaguer ordenara la liquidación de “La Banda”. Sugerencia que fue escuchada por varios parlamentarios norteamericanos que levantaron su voz en el Congreso de su país apoyando esa medida.

El 10 de septiembre de 1971, a pesar de que siempre había negado el apoyo de su gobierno a “La Banda”, en discurso pronunciado a la nación, Balaguer anunció que había dado instrucciones al general Pérez y Pérez para que despidiera al teniente Núñez Peña y disolviera “La Banda”, hecho que evidenció al mundo el patrocinio gubernamental a ese grupo de criminales.

Los remanentes del 14 de Junio

Homero Hernández Vargas (1943-1971)

Homero Hernández era hijo del dirigente obrero Hernando Hernández (Nando), uno de los principales organizadores de las huelgas de los trabajadores de la industria azucarera del 1946, que tuvieron como escenario a La Romana y San Pedro de Macorís, movimiento huelgario que logró arrancarle al régimen de Trujillo importantes aumentos salariales, razón por la cual fue perseguido y encarcelado ese mismo año.

Muy joven Homero se unió en 1961 a la lucha contra los remanentes de la tiranía de Trujillo. En esos años formó parte de la Juventud Revolucionaria del PRD. Pero en 1962 se unió al Movimiento 14 de Junio y cuando esa entidad que dirigía el Dr. Manuel Aurelio Tavárez Justo, organizó el levantamiento guerrillero contra el régimen golpista del Dr. Reid Cabral, en noviembre de 1963, Homero Hernández participó como jefe de operaciones del Frente Insurreccional Hermanas Mirabal, que actuó en la Cordillera Septentrional. Fue apresado al finalizar el alzamiento guerrillero. Meses después logró evadirse de la cárcel de “La Victoria”.

En abril de 1965, se integró al movimiento cívico-militar que originó el derrocamiento del Triunvirato que presidía Reid Cabral y a la lucha patriótica que se registró inmediatamente después que las tropas de Estados Unidos invadieron nuestro país el 28 de ese mismo mes y año. Durante ese periodo dirigió uno de los comandos del Movimiento 14 de Junio, logrando fama por su extraordinario valor. En junio de 1965 participó en el intento de levantamiento de la ciudad de San Francisco de Macorís. Cuando terminó la guerra de abril fue elegido miembro del Comité Central de su organización; en esa posición viajó a la República Popular China.

A su regreso, durante el régimen de Joaquín Balaguer, creó la agrupación “Unión de lucha por una Nueva Quisqueya”, una organización clandestina destinada, según sus postulados, a crear las condiciones necesarias para dar inicio a la revolución dominicana.

El 22 de septiembre de 1971 mientras viajaba en un carro en la parte alta de la ciudad de Santo Domingo en compañía de su esposa, la periodista y socióloga Elsa de Peña, su vehículo fue detenido por efectivos policiales y el joven Homero Hernández fue muerto a tiros.

Los Palmeros, 1J4. Frente Interno, brazo armado apoyo a Caamaño. Amaury Germán, Bienvenido Leal Prandy (la Chuta), Virgilio Perdomo y Ulises Cerón. 12 de enero de 1972.

Amaury Germán Aristy, fundador de los Comandos de la Resistencia los “Los Palmeros”.

En abril de 1965, en medio de la resistencia armada contra la 2da. Intervención Militar Norteamericana a nuestra patria, el coronel Caamaño conoció sorprendido a un adolescente de 18 años que por su valentía en los combates y su capacidad de organización, había escalado hasta la posición de comandante de uno de los comandos que el pueblo espontáneamente creo para enfrentar aquella incalificable agresión extranjera a la independencia nacional. Aquel día nació entre ambos personajes una amistad y admiración mutuas que fueron fortaleciendo el tiempo y los ideales patrióticos comunes.

Su nombre era Amaury Germán Aristy, nacido en Padre Las Casas, el 13 de abril de 1947, quien a los 14 años de edad, junto a Henry Segarra Santos, llegó a compartir el liderazgo nacional del movimiento estudiantil de las escuelas secundarias del país. A diferencia de Segarra Santos, militante del Movimiento Popular Dominicano, Germán Aristy era miembro de la Agrupación 14 de Junio.

En 1967, en representación de su agrupación Amaury viajó a Cuba para asistir a la 1ra. Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, (OLAS).

En esa visita a la patria de Martí se entrevistó varias veces con el coronel Caamaño, quien planificaba, con el auxilio del gobierno cubano, organizar una expedición armada para dar inicio en la República Dominicana un movimiento guerrillero de liberación nacional.

Fruto de esas conversaciones surgió la idea de crear en nuestro país una nueva organización revolucionaria clandestina que tomó el nombre: “Comando de la Resistencia”, más luego conocida con el sobrenombre de “Los Palmeros”.

En esas actividades clandestinas Germán Aristy fue apresado en dos ocasiones. La primera en julio de 1968, pocos meses después de su retorno de Cuba y la segunda en enero de 1969. Esa última prisión fue breve, pues fue liberado por los tribunales a las pocas semanas por falta de pruebas de las acusaciones que contra él se levantaron.

Poco tiempo después, en noviembre de 1971, el régimen de Balaguer anunció nueva vez que se le perseguía por dirigir un movimiento revolucionario que intentaba subvertir el orden político, y de haber participado, como se acostumbraba en aquellos tiempo, (cargos inventados) en un asalto a una sucursal bancaria. Junto a Amaury fueron acusados también otros compañeros suyos: Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), Ulises Arquímedes Cerón Polanco y Virgilio Perdomo Pérez.

Los documentos históricos permiten advertir que en verdad el régimen del Dr. Balaguer perseguía a “Los Palmeros” porque tenía conocimiento de que este grupo constituía un brazo armado del proyecto de liberación expedicionario que preparaba en Cuba el coronel Caamaño Deñó.

La intensa labor persecutoria de todos los servicios secretos del Estado condujo a Amaury y sus compañeros a vivir durante muchos meses en la más absoluta clandestinidad, pero a principios de enero de 1972, fueron detectado y localizado la residencia donde se escondían, situada en el Kilometro 14 de la Autopista Las Américas.

En consecuencia, el 12 de enero de 1972 la policía y tropas del ejército establecieron un cerco a esa residencia, y los jóvenes revolucionarios perseguidos decididos a no caer prisioneros, se enfrentaron a sus numerosos sitiadores militares, que luego fueron reforzados con artillería pesada y hasta con tanques y helicópteros, originándose entonces una verdadera batalla. Ese combate, que se extendió desde la madrugada de ese día hasta las 11 de la mañana, originó una verdadera conmoción en toda la ciudad, pues la extraordinaria resistencia de los jóvenes sitiados y atacados, obligó a las fuerzas militares al uso de armas de todos los calibres, originando con sus disparos ruidos y explosiones infernales. En esa desigual confrontación los cuatro dirigentes de “Los Palmeros” perdieron la vida. El último en caer fue Amaury quien en medio de los tiros pudo salir de la residencia sitiada y situarse estratégicamente en una profunda cueva del lugar donde continuó la resistencia con homérico coraje. Tenía en ese momento 25 años de edad.

Virgilio Eugenio Perdomo Pérez

Cuando este muchacho tenía apenas 17 años y cursaba el primer año en sus estudios secundarios, recibió en febrero de 1960 el doloroso impacto de la noticia que informaba que su padre, Eugenio Perdomo Ramírez, empleado de comercio, apresado bajo la acusación de ser miembro de los grupos de la resistencia cívica que luchaban contra la dictadura de Trujillo, había sido asesinado estrangulado en la tenebrosa cárcel de La Cuarenta.

Como era natural, la trágica desaparición del padre estremeció a toda la familia, pero no fue causa de amilanamiento. Quienes conocieron esa famlia señalan que ese duró golpe incremento en el joven y en los demás miembros de ese hogar los anhelos de cambio social y político por lo que luchó y murió el padre, Eugenio Perdomo Ramírez.

Lo anterior explica la conducta vertical del joven Virgilio. Apenas un año después de la desaparición de su padre, el joven fue fundador de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios, y poco después también dirigente de la Unión Nacional de Estudiantes Revolucionarios (UNER), agrupación juvenil que se destacó en la lucha en demanda de sentidas de reivindicaciones estudiantiles y en la brega callejera contra los remanentes de la dictadura de Trujillo. En esas tareas adquirió estatura de líder grupal y experiencia en la movilización social, ingresando como miembro a la Agrupación 14 de Junio.

En 1965, el estallido de la Revolución de Abril le sorprendió encontrándose en Santiago, donde residía en los últimos años, desde donde viajó a la ciudad capital para participar en la jornada patriótica. Poco después se integró en junio a un grupo del movimiento 14 de Junio que trató de organizar un levantamiento en San Francisco de Macorís. En esa oportunidad fue detenido y encarcelado por largos meses.

No se conoce la fecha de su integración a los “Comandos de la Resistencia”, grupo también conocido como “Los Palmeros”, con el cual se integró al proyecto revolucionario guerrillero que en Cuba organizaba el “Héroe de Abril”, coronel Caamaño Deñó. Como militante de ese proyecto viajó a la patria de Martí para recibir entrenamiento, regresando a Santo Domingo clandestinamente en 1970, para realizar labores clandestinas revolucionarias, a bordo de un barco turístico español: Virginia de Churruca.

En enero de 1972, la alta dirección del grupo revolucionario: “Los Palmeros”, que dirigía Amaury Germán Aristy, que venía siendo perseguido por los servicios secretos del gobierno del Dr. Balaguer, fue descubierta en su escondite, una residencia situada en el Kilometro 14 de la Autopista Las Américas, donde fue rodeada por centenares de efectivos militares del ejército y la policía, y atacada inmisericordemente. Los miembros del grupo revolucionario resistieron con coraje sorprendente, originándose una batalla que por el estruendo de las explosiones de las armas pesadas utilizadas, conmovieron y alarmaron a toda la ciudad.

Junto a Perdomo Pérez, murieron además en ese desigual encuentro, el jefe del grupo, Amaury Germán Aristy, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy.

Ulises Cerón

Una buena parte de la juventud dominicana que se levantó entre las décadas de los años 50 al 70, del siglo pasado, soñó con ver redimida su patria de la injusticia, la desigualdad social y luchó por liberarla también de la tremenda corrupción imperante en los círculos del poder del Estado y de los abusos de la centenaria oligarquía que ha vivido siempre como cómplice y beneficiaría de los peores gobiernos que ha padecido el pueblo dominicano.

A esa generación de jóvenes soñadores enamorados de la revolución y de la redención perteneció Ulises Cerón Polanco, quien nació en Santo Domingo en 1938 en el seno de una humilde familia de la clase media. Casi siendo un adolescente se integró a la militancia política como activista de la Agrupación 14 de Junio, entidad fundada por Manolo Tavárez Justo y Minerva Mirabal y otros revolucionarios, quienes propugnaban por el establecimiento de un régimen que condujera a su patria por el sendero de la liberación nacional. Durante la Guerra de Abril de 1965 que originó la 2da. Intervención Militar de Estados Unidos en suelo dominicano, en 1965, se integró a la resistencia patriótica y en junio de de ese mismo año participó en un proyecto de levantamiento ocurrido en San Francisco de Macorís donde murieron varios de sus compañeros.

Durante la Guerra de Abril estrechó amistad con Amaury Germán Aristy y junto a él fue de los fundadores de los “Comandos de la Resistencia”, un agrupación mejor conocida como “Los Palmeros”, que se trazó como propósito convertirse en la fuerza de apoyo al proyecto revolucionario guerrillero que desde Cuba preparaba el coronel Caamaño.

A finales de 1971, por infiltraciones no esclarecidas el gobierno del Dr. Balaguer pudo enterarse de tales propósitos, desatando contra esa agrupación una tenaz persecución que no tuvo limites, pues para justificarla, el grupo de “Los Palmeros” fue acusado, incluso, de asaltar sucursales bancarias y casas de cambio. En enero de 1972, la alta dirección del grupo fue localizada por los servicios secretos como ocupantes de una residencia situada en el Kilometro 14 de la Autopista Las Américas que conduce al principal aeropuerto de la ciudad de Santo Domingo, lugar donde fueron enviados varios centenares de efectivos militares con armas de todos los calibres, e incluso, tanquetas y helicópteros. Ese día en una cruenta y espectacular batalla que duró cerca de seis horas, murió acribillado a balazos Ulises Cerón Polanco, junto a sus compañeros Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Pérez y Bienvenido Leal Prandy. Bienvenido Leal Prandy (La Chuta)

Nació en San Pedro de Macorís, en 1939, pueblo común cabecera de una de las principales provincias azucareras de la República, donde las luchas de los sindicatos de trabajadores a favor de reivindicaciones laborales y contra las superexplotación del trabajo, constituyeron una tradición durante décadas.

Detalle importante a resaltar de la población de San Pedro de Macorís, donde nació Leal Prandy, conocido entre sus amigos como “La Chuta”: generalmente cada huelga decretada en los ingenios cercanos por los trabajadores azucareros, recibía el apoyo de sus habitantes, mediante protestas y movilizaciones callejeras.

En tal virtud, San Pedro de Macorís en la época que abordamos era una de las poblaciones más politizadas de la República, y por ello fue la cuna de toda una pléyade de valerosos dirigentes sindicales y políticos como: Mauricio Báez, Dato Pagán Perdomo, Corpito Pérez Cabral, Justino José del Orbe, los hermanos Mazara, la familia Canto, Maximiliano Gómez (El Moreno) y decenas más de luchadores a favor de la libertad y el progreso de la patria.

Leal Prandy perdió a su madre al poco tiempo de nacer y fue criado por su tía nombrada Julia, una humilde esposa de un empleado de comercio de escaso nivel económico. En ese hogar de profundas normas familiares tradicionales, donde la solidaridad humana era un valor muy arraigado, se formó Leal Prandy.

Casi en la adolescencia, “La Chuta”, comenzó a expresar inquietudes políticas al enterarse que un hermano suyo, que había abandonado el país en los años cincuenta, participó como expedicionario de la Gesta Heroica del 14 de Junio de 1959. Sentimientos e inquietudes que se incrementaron después de la muerte de Trujillo en mayo de 1961, cuando en toda la nación se inició la brega por la expulsión del país de su hijo Ramfis y otros familiares del tirano y por el afianzamiento de la democracia.

Durante la Guerra de Abril de 1965, que sirvió de excusa para la 2da. Intervención Militar de Estados Unidos en suelo dominicano, Leal Prandy se unió a esa contienda patriótica, destacándose como un fiero combatiente contra los interventores y las tropas golpistas de San Isidro. Durante esa resistencia patriótica participó en un intento de levantamiento armado que fracasó ocurrido en San Francisco de Macorís. Allí murieron varios de sus compañeros.

Después de la Guerra de Abril, pasó a formar parte del grupo de los “Comandos de la Resistencia”, que encabezaba Amaury Germán Aristy, brazo armado clandestino del proyecto guerrillero que en Cuba organizaba el coronel Caamaño Deñó.

El 12 de enero de 1972, la jefatura de ese grupo, también conocido como “Los Palmeros”, que venía siendo perseguido por el gobierno de Balaguer, fue descubierta por los servicios secretos del ejército y la policía, mientras se encontraba ocupando una vivienda en las afueras de la ciudad de Santo Domingo, en el Kilometro 14 de la Autopista de Las Américas.

La residencia, inmediatamente rodeada por centenares de efectivos militares armados con instrumentos bélicos de todos los calibres, e incluso, con tanques y helicópteros, fue atacada por las fuerzas gubernamentales. Los jóvenes sitiados enfrentaron a los efectivos del ejército y la policía con un coraje que la propia prensa nacional de la época calificó como de leyenda. Allí murió Leal Prandy, junto a los demás miembros de la dirección de su grupo que encabezaba Amaury Germán Aristy.

Los Corecatos. Comité Revolucionario Camilo Torres.

Sagrario Elcira Díaz (1946-1972)

Procedente de una escuela para niños y jóvenes de escasos recursos en San Cristóbal, Sagrario Elcira Díaz ingresó a la UASD en 1969 llena de ilusiones para estudiar la carrera de economía.

Desde los primeros días se destacó como dirigente estudiantil participando asiduamente en las actividades orientadas a mejorar la docencia y la administración de su facultad. Para esos menesteres juveniles fundó y dirigió el periódico universitario de su unidad académica “Temas y Opiniones” y por sus inquietudes políticas ingreso al Frente Universitario Socialista Democrático (FUSD) donde fue elegida como su representante en la Escuela de Economía; además fue miembro de Consejo Técnico y la Asamblea de su Facultad.

El 4 de abril de 1972 a las 11 de la mañana Sagrario Elcira Díaz se encontraba realizando su proceso de reinscripción, cuando sorpresivamente el recinto de su universidad, como en otras ocasiones, fue rodeado aparatosamente por decenas de efectivos de la policía en carros de asaltos fuertemente armados, tras la supuesta persecución de un dirigente izquierdista nombrado Tácito Perdomo Robles, quien según la Policía Nacional, había buscado refugio en esa institución, pero que no apareció.

Tras exigir a las autoridades de la UASD la entrega del sujeto perseguido que no fue localizado, el comandante de los cuerpos represivos policiales ordenó la incursión de sus hombres al recinto universitario, los cuales penetraron disparando sus armas contra estudiantes, empleados y profesores, con un saldo de varios heridos, entre los que se encontraba Sagrario Elcira Díaz, quien fue herida mortalmente de un balazo que penetró en su cabeza que le destruyó el cerebro. No satisfechos con la salvaje acción, sin detenerse siquiera a mirar los brutales resultados del ataque, acto seguido, los altos oficiales que comandaban esta incursión al territorio universitario se detuvieron frente al Alma Máter, y a puros empujones y culatazos, hicieron subir en esos vehículos, con las manos en alto, a todas sus autoridades, empleados y estudiantes; es decir, a varios centenares de personas, para conducirlos, cada camión con una férrea custodia armada de ametralladoras, como enemigos capturados en combate, hacia las prisiones del Palacio de la Policía.

Sagrario, socorrida por su hermano, Fidias, quien le acompañaba y cargó en brazos su cuerpo desfallecido con la cabeza destrozada sangrando a borbotones, y por un grupo de periodistas que cubrían desde una calle aledaña la trágica y espeluznante escena, fue conducida en un pequeño automóvil a una clínica cercana donde fue operada de emergencia, en un intento que resultó inútil, de arrebatarle su vida a la muerte.

Diez dolorosos días duró la agonía de aquella joven, en medio de la protesta de todos los medios de comunicación, de los sindicatos, asociaciones de profesionales, culturales y de todo el estudiantado de la nación, incluyendo colegios y universidades privadas, que en espontáneas acciones de condena paralizaron sus labores. En un documento público entregado a la prensa, por primera vez, los 120 colegios que conformaban la Unión Nacional de Colegios Católicos, declararon la suspensión de la docencia y la “exigencia de la inmediata desocupación de la UASD”, y el día del final desenlace de la muchacha mortalmente herida, cerca de cien mil personas, jóvenes y adolescentes en su mayoría, acompañaron a Sagrario al cementerio, en una de las más grandes manifestaciones de duelo, solidaridad y protesta que registra la historia nacional.

Ultima resistencia armada: Caracoles.

La 2da. Intervención Militar de Estados Unidos de 1965, fue un factor determinante en el proceso de radicalización ideológico que comenzó a vivir la juventud dominicana de aquella época. Terreno que ya había abonado en toda América Latina la euforia que desató el triunfó del movimiento guerrillero de Fidel Castro en Cuba, al derribar en 1959 la dictadura del general Fulgencio Batista. En aquellos días todos los grupos políticos de izquierda, salvo el Partido Socialista Popular, eran partidarios de la vía armada y repudiaban los procedimientos electorales.

Pero no solo de la juventud dominicana resultó inclinada al radicalismo, también una buena parte de los dirigentes políticos liberales, entre otros el profesor Juan Bosch, Presidente derrocado en 1963, líder exiliado en cuyo nombre y por su restitución en el poder se inició la Revolución de Abril. En 1967, Bosch publicó su ensayo: “El pentagonismo, sustituto del imperialismo”, y dos años después: “Dictadura con respaldo popular”, donde evidencia que renunciaba a sus anteriores concepciones liberales y asumía posiciones radicales identificadas con el marxismo, como él mismo explicó, a causa del impacto de la intervención militar norteamericana.

El coronel Francisco Caamaño Deñó, líder de la Revolución Constitucionalista de 1965 y jefe de la lucha patriótica contra la intervención militar, quien no escapó a ese proceso de radicalización ideológica, llegó a Londres el 23 de enero de 1966 para ocupar el cargo de Agregado Militar de la embajada dominicana, designado por el Gobierno Provisional de García Godoy

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El primer paso importante que dio el Héroe de Abril como prueba concreta de su radicalización ideológica, lo fue el inicio de relaciones con representantes políticos y de la inteligencia de Cuba en 1967, poco después de que el Presidente Balaguer declarara en julio que era “opuesto a su regreso al país porque constituía un peligro para la paz”.

En octubre de ese último año el coronel Caamaño viajó a La Haya, donde visitó el hogar de su compañero de lucha, el coronel Lachapelle Díaz, y salió de allí para dar un paseo y desapareció. Pero en verdad Caamaño viajó clandestinamente de La Haya a Paris, donde fue recibido por representantes del gobierno cubano; luego le acompañaron a trasladarse a Praga, Checoslovaquia y de allí a La Habana, Cuba.

Diversos documentos examinados permiten señalar que al momento de decidir su partida hacia Cuba, Caamaño estaba influenciado por concepciones ideológicas que privilegiaban el papel de los movimientos guerrilleros en la lucha política y abrigaba la esperanza de obtener la solidaridad del gobierno de ese país para organizar una fuerza expedicionaria que enrumbaría a su nación por el camino de la liberación nacional.

En efecto, tan pronto arribó a Cuba, en octubre de 1967, Caamaño recibió asistencia necesaria para dar inicio a su proyecto revolucionario. Pero por pura casualidad de la historia, Caamaño llegó allí en un momento de gran conmoción con motivo de la caída en Bolivia del legendario comandante guerrillero y héroe de la revolución, Ernesto (Che) Guevara, fusilado por órdenes del presidente de ese país, el general René Barriento, el 9 de octubre de 1967, luego de ser herido en una emboscada en la Quebrada del Yuro.

La trágica muerte del Che Guevara originó al poco tiempo un viraje en la política de ese país respecto a los ensayos guerrilleros latinoamericanos. Por ese motivo, Caamaño comenzó a sentir un decaimiento en el interés de los cubanos en el propósito que le había conducido a esa nación. Decaimiento que se fue acentuando con el paso del tiempo

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Todos esos hechos afectaron el proyecto guerrillero de Caamaño quien pasó varios años en Cuba sin poder partir hacia su patria, sufriendo la deserción de muchos jóvenes enrolados a su campo de entrenamiento y lo que fue peor: en Santo Domingo, en enero de 1972, el grupo clandestino revolucionario “Comando de la Resistencia”, también conocido como “Los Palmeros” que dirigía Amaury Germán Aristy, su principal base de apoyo, que venía siendo perseguido desde hacía varios meses por los servicios secretos, fue descubierto y exterminado. Sin embargo, el Héroe de Abril no modificó sus creencias en las posibilidades de utilizar la lucha armada guerrillera para derribar al régimen del Dr. Balaguer, quien gobernaba desde 1966 reeligiéndose en 1970 mediante el fraude y el apoyo militar.

En varias oportunidades las altas instancias del poder revolucionario de Cuba conversaron con el coronel Caamaño tratando de convencerlo para que desistiera de sus propósitos, señalándole que las condiciones políticas en América Latina habían cambiado y que su proyecto guerrillero no tendría los resultados esperados, pero todo fue inútil.

A finales de 1972, los dirigentes cubanos realizaron el último esfuerzo para impedir que Caamaño continuara con su propósito expedicionario guerrillero sin resultados, pero llegaron al siguiente acuerdo: el gobierno revolucionario le brindaría toda la ayuda necesaria, pero el grupo no debería salir desde Cuba. Por esas razones el pequeño grupo de expedicionarios que aún permanecía unido en torno a las ideas del líder constitucionalista, en enero de 1973 comenzó a abandonar Cuba, para reunirse con su líder más tarde en la isla de Guadalupe, donde adquirieron un pequeño yate moto-velero de 42 pies, “Black Jack”, en el que partieron el 26 de enero rumbo a Santo Domingo, para dar inicio a la lucha armada.

Caamaño arribó a Santo Domingo por la bahía de Ocoa la noche del 2 de febrero de 1973, anclando su embarcación a una milla de distancia de la costa, tomando entonces una balsa de goma hasta llegar con sus primeros cuatro compañeros a Playa Caracoles, dejando en el yate parte de su equipo. Luego envió en la misma balsa a recuperar los pertrechos y el traslado de los restantes guerrilleros, a su compañero Toribio Peña Jaquez quien se perdió en la oscuridad de la noche y abandonó su misión cruzando de la playa a una carretera, donde abordó un vehículo por la fuerza que lo condujo a la ciudad capital. Los cuatro miembros que permanecían en el yate, cansados de esperar lograron navegar con el Black Jack encallándole en la costa, donde se reunieron con el coronel Caamaño y los demás expedicionarios, dando inicio a una larga caminata nocturna que los condujo a las montañas de la cordillera central. Los siete restantes guerrilleros que acompañaban a Caamaño eran: Su primo, Claudio Caamaño, Hamlet Herman, Eberto Lalane José, Alfredo Pérez Vargas, Juan Ramón Payero Ulloa, Nelson Galán Durán y Euclides Holguin Martes.

Las fuerzas militares del gobierno recibieron las primeras noticias de la presencia de Caamaño, el 4 de febrero cuando una patrulla del ejército descubrió la extraña presencia del “Black Jack”, en las playas de la bahía de Ocoa, y acto seguido fueron tomadas disposiciones extremas de seguridad en todo el país. Inmediatamente en todos los puntos de entrada y salida a la ciudad de Santo Domingo fueron impuestos registros militares, se ordenaron allanamientos con órdenes de prisión en centenares de hogares de personas relacionadas con los grupos de la izquierda, la persecución de los principales dirigentes de los partidos democráticos, incluyendo al Dr. José Francisco Peña Gómez y el profesor Bosch, quienes pasaron a la clandestinidad y la Universidad Autónoma de Santo Domingo fue ocupada por tropas del ejército con tanques y tanquetas; también se ordenó el cierre de toda emisora radial sospechosa de simpatizar con el Partido Revolucionario Dominicano. La ciudad capital comenzó a vivir un verdadero “estado de sitio y de ley marcial”.

En la persecución en las montañas del pequeño grupo de guerrilleros de Caamaño, según el coronel norteamericano Bayan J. Bosch, testigo singular como Agregado militar de Estados Unidos, el gobierno dispuso de cerca de 1,500 soldados y decenas de aviones y helicópteros.

Los guerrilleros enfrentaron en dos oportunidades con éxito las numerosas tropas del ejército que le perseguían, pero el 16 de febrero en el área de Nizao, mientras descansaban fueron sorprendidos por ataques, ametralladoras y fusiles lanza granadas M-79, donde murió Eberto Lalane José, Alfredo Pérez Vargas y herido en una pierna y apresado el coronel Caamaño, a quien los jefes militares luego de comunicar la noticia al Presidente de la República, intentaron humillar mediante un interrogatorio que fue rechazado con dignidad por el Héroe de Abril. Poco después, ordenaron a un verdugo su fusilamiento.

De los compañeros de Caamaño solo sobrevivieron Hamlet Herman, quien en retirada fue apresado en las cercanías de Villa Altagracia el 25 de marzo, y Claudio Caamaño quien logró penetrar en la ciudad de Santo Domingo y buscó asilo en la Embajada de México el 17 de abril.

El coronel Caamaño Deñó

El líder principal del movimiento cívico-militar, constitucionalista que los dominicanos identifican con el nombre de “Revolución de abril”, que resistió la 2da. Intervención Norteamericana, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, era hijo de un alto oficial del ejército durante la denominada “Era de Trujillo”, el teniente general Fausto Caamaño Medina.

El coronel Caamaño, quien había nacido en junio de 1932, ingresó a la carrera de su padre muy joven como raso de la Marina de Guerra. En esa rama realizó estudios navales alcanzando el rango de Alférez de Fragata en 1952. Poco después fue enviado a Estados Unidos a una escuela de la infantería de Marina, en Virginia en 1954. Posteriormente realizó otros cursos en la base naval norteamericana en Panamá.

En 1960 fue trasladado con el rango de mayor a la Policía Nacional, donde al poco tiempo fue designado director de adiestramiento de la fuerza contra motines, denominada “Cascos Blancos”. En esa posición actuó enfrentando varias manifestaciones juveniles contra el Consejo de Estado, gobierno formado después de la muerte de Trujillo. En diciembre de 1962 fue enviado a disolver un movimiento mágico-religioso de campesinos, de seguidores del líder mesiánico “Olivorio Mateo” en la población de Palma Sola, en San Juan de la Maguana, como asistente del general Rodríguez Reyes, jefe de esa misión, quien murió en esa acción, pues los olivoristas dirigidos por los “Mellizos de Palma Sola”, presentaron resistencia. Caamaño Deñó resultó herido en la frente en la refriega.

En 1964, durante el régimen golpista de Reid Cabral, con el rango de teniente coronel fue designado comandante de Radio Patrulla de la Policía Nacional, posición que tuvo que abandonar al entrar en conflicto con el jefe de esa rama, general Belisario Peguero, al oponerse a la corrupción reinante en ese cuerpo, motivo por el cual fue transferido como coronel de infantería a la aviación militar.

En esa última posición se unió a su amigo y también coronel Rafael Fernández Domínguez, principal organizador del movimiento militar “Enriquillo”, con el propósito de preparar el restablecimiento del orden constitucional y el retorno al poder del profesor Bosch.

Cuando estalló el movimiento insurreccional constitucionalista el 24 de abril de 1965, Caamaño Deñó ocupaba una posición importante dentro del grupo de militares insurrectos, pasando en el calor de los combates que al otro día se iniciaron, sobre todo después de la sangrienta batalla del puente Duarte, el día 27 de ese mes en la que estuvo al frente de las fuerzas civiles y militares que derrotaron la infantería y las fuerzas blindadas golpistas de San Isidro, a la posición del líder del movimiento.

Caamaño Deñó a su vez asumió la defensa de la soberanía nacional y los sentimientos patrióticos de su pueblo, al enfrentar con extraordinario coraje las tropas norteamericanas que invadieron el territorio nacional el 28 de abril. Por esa conducta fue elevado a la Presidencia de la República por el Congreso en armas, el 3 de mayo de 1965.

Sin embargo, el carácter masivo de la intervención militar de Estados Unidos, que envió a territorio dominicano 42 mil soldados, decenas de barcos de guerra, portaaviones con centenares de aviones, más la internacionalización y “legalización” del conflicto de parte de la OEA, que presionada por el gobierno norteamericano creó la llamada Fuerza Interamericana de Paz, forzó a los constitucionalistas a entrar en negociaciones con ese organismo interamericano controlado por Washington.

El presidente Caamaño Deñó dirigió esas negociaciones encabezando una delegación constitucionalista, por medio de las cuales se llegó a un acuerdo el 3 de septiembre de 1965, denominado “Acta Institucional”, que puso fin al conflicto y originó la creación de un gobierno provisional que presidió el Dr. Héctor García Godoy.

Ese acuerdo, que envolvía el retorno de los militares constitucionalistas a los cuarteles con sus mismos rangos, no fue cumplido y el coronel Caamaño fue designado en enero de 1966, agregado militar en Londres, Inglaterra.

La intervención militar de Estados Unidos originó la transformación del pensamiento del coronel Caamaño y lo condujo a la adopción de posiciones radicales y por ellos en enero de 1967, abandonó su cargo diplomático de Londres y con la asistencia secreta de representantes el gobierno cubano, se estableció en Cuba. En la patria de Martí, con la ayuda del gobierno de Fidel Castro, Caamaño inició la organización de un campamento de entrenamiento guerrillero con el propósito de iniciar un movimiento de liberación en Santo Domingo y en esos menesteres entró en comunicación con el joven dirigente político, Amaury Germán Aristy, máximo dirigentes del grupo “Comando de la Resistencia”, conocido también como “Los Palmeros”, que actuaba en la clandestinidad en Santo Domingo desde 1967. Decenas de miembros de ese movimiento y de otros grupos radicales dominicanos viajaron a Cuba para integrarse al campamento de Caamaño. El proyecto de Caamaño enfrentó serios inconvenientes, entre otros las deserciones de varios de sus miembros, pero también los cambios registrados en Cuba en torno al apoyo a los movimientos guerrilleros, después de la muerte de Guevara en Bolivia, en 1968. Todo lo anterior trastornaron los planes de Caamaño, pero la afección más grave lo fue la caída en combate de Germán Aristy y sus compañeros en las afueras de la ciudad de Santo Domingo, en enero de 1972. Al parecer todas las dificultades antes señaladas impulsaron al coronel Caamaño a dar inicios precipitados a su proyecto de liberación nacional, y el 7 de febrero de 1973 desembarcó en playa Caracoles con apenas nueve hombres para enfrentar al régimen del Dr. Balaguer. A los pocos días, el 16 de de ese mismo mes y año, en un combate desigual contra tropas compuestas por centenares de soldados del ejército que lo perseguían, el coronel Caamaño fue herido y hecho prisionero en Nizaito, en las montañas de San José de Ocoa, y casi de inmediato fusilado por “órdenes superiores”. En ese encuentro también murieron Heberto Giordano Lalane José y Alfredo Pérez Vargas.

Represión prensa.

Gregorio García Castro

Poco después de culminar sus estudios secundarios, Gregorio García Castro, quien nació en noviembre 17 de 1936, se dedicó al periodismo como reportero, primero del diario “La Información” de Santiago, y más tarde al cumplir los veinte años, ingresó a los periódicos oficialistas “La Nación” y después, “El Caribe”. En la postrimería de la dictadura de Trujillo en los momentos en que el régimen se sintió abandonado por sus aliados norteamericanos e intentó asumir posiciones izquierdistas, García Castro fue uno de los dirigentes de la potente emisora radial “Radio Caribe” de alcance internacional, que fue pieza clave en la difusión del nuevo viraje político del tirano, que envolvió también ataques desenfrenados contra la Iglesia Católica.

Encontrándose laborando en esa emisora, García Castro fue designado por Trujillo, junto a Marino Vinicio Castillo (Vincho), Pablo Dimez, y otros, diputado ante el Congreso. Después de desaparecida la tiranía, García Castro se integró a los grupos que apoyaban el retorno del Dr. Balaguer, quien había abandonado el país mediante el asilamiento en enero de 1962, encontrando refugio en Estados Unidos.

Después del golpe militar que en septiembre derrocó el régimen democrático del profesor Juan Bosch, García Castro fue expulsado del país por el gobierno del Triunvirato, radicándose en Puerto Rico. Allí laboró como obrero y camarógrafo.

En 1964 fue designado representante político en Puerto Rico del Dr. Joaquín Balaguer, residente en New York. En ese momento se dieron los primeros pasos hacia la constitución de una entidad política balaguerista que poco después tomaría por nombre de: Partido Reformista. García Castro regresó al país en 1966 en calidad de activista y publicista de ese grupo balaguerista, que ganó los comicios efectuados ese año.

Durante el primer gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, fue asesor de relaciones públicas de la Secretaria de Estado de Agricultura, hasta que se integró al periódico vespertino “Ultima Hora”, donde fue elevado a la posición de Jefe de Redacción. En ese diario a su vez escribió la columna diaria “En un tris”, donde se caracterizó por sus francos análisis políticos, ganando el favor de miles de lectores. En 1970 se manifestó contrario a la reelección de Balaguer y poco después expresó reiteradas críticas a las acciones criminales de la organización parapolicial “La Banda”, también conocida como Frente Democrático Anticomunista creada en el seno de la Policía Nacional que llevó a efecto decenas de asaltos contra dirigentes y militantes izquierdistas y liberales, destrucción de locales de sindicatos, partidos políticos, clubes barriales, etc., con un saldo de decenas de muertos y heridos. Por esa actitud contra “La Banda” García Castro fue amenazado de muerte en varias oportunidades.

El 28 de marzo de 1973, a las nueve y veinte minutos de la noche, Gregorio García Castro fue muerto a tiros en la calle Mercedes, casi esquina José Reyes, de la ciudad de Santo Domingo. Momentos antes, había salido del local del diario “Ultima Hora”, donde cumplía con sus funciones como Jefe de Redacción. Este crimen conmovió a la nación y fue interpretado como un asesinato ordenado por la extrema derecha del gobierno.

Como autores materiales del crimen, la Policía Nacional acusó al teniente de ese cuerpo Juan María Arias Sánchez, al cabo Milton de la Cruz Lemus y al raso Rafael Pérez Pereyra, todos adscritos al Servicio Secreto de esa institución.

Gregorio García Castro era considerado como uno de los columnistas más prestigiosos y valientes de nuestro país.

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